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lunes, 22 de junio de 2015

Es la autoridad de Cristina lo que la derecha abomina, no sus fueros

La otra.-radio de anoche, para escuchar acá


Cristina hace un gesto político significativo al no postularse a ningún cargo electivo para el período que empieza el 10 de diciembre. En estos días, los dirigentes y militantes del FPV han recuperado una palabra política que no se usó en estos años: Cristina es jefa del Movimiento. La palabra tiene un peso semántico más denso que el término "Modelo", que se usó más en estos años. 

Este desplazamiento verbal responde al nuevo período que se apresta a iniciar el peronismo/ kirchnerismo bajo la conducción de Cristina. El "Modelo" implica ciertos instrumentos económicos adoptados tácticamente al inicio del mandato de Néstor en respuesta a una coyuntura precisa: superávits gemelos, dólar recontra-alto, desendeudamiento. El Movimiento tiene una dimensión no coyuntural ni meramente técnica sino histórica, indica una procedencia y una proyección hacia el futuro. No depende de la instalación en un cargo estatal, ni de estrategias de marketing sino de la producción, mucho más compleja y no sujeta a manipulación técnica de la autoridad

Hay que volver a pensar esa palabra, autoridad, que se vincula con otra: autor. Y reclama una correspondencia con otros dos términos inescindibles de ella: Movimiento y pueblo.

La derecha no soporta la autoridad como lazo entre un líder democrático y su pueblo. La autoridad no tiene precio y no se puede comprar. Desde la visión neoliberal solo puede traducirse como autoritarismo, lo que no es sino una de las figuras degradas de la autoridad. La derecha, la semana pasada, asistió con furia al gesto de autoridad de Cristina, para ordenar, en una negociación política con el candidato a presidente con serias chances para ganar en agosto y octubre, los términos de una sucesión institucional. Cristina lo hizo desde un lugar distinto al que caracteriza esta derecha furiosa: no desde la imposición autoritaria, sino desde la autoridad que le confiere ser la líder política de la minoría más sólida y articulada del país. Y ella culminó ese acuerdo con una renuncia a sus fueros a partir de diciembre, dando por tierra con todas las minúsculas especulaciones que la suponían aspirando a un cargo electivo para ponerse a salvo de persecuciones judiciales. 

En diciembre ella quedará sin esa protección: si quieren acosarla judicialmente, ahí la tienen, parece desafiarlos ella. Porque quizás ese acoso no haga sino acrecentar su autoridad como líder del movimiento. Las cuatro mil tapas de Clarín fortalecieron su autoridad: cuatro mil citaciones a Comodoro Py pueden continuar ese efecto paradójico. Los líderes se caracterizan por emerger de esos acosos.

Por eso el apilamiento de denuncias periodísticas con fiscales dispuestos a darle curso solo mostró en estos años su ineficacia política. Porque no es de manera tan simplota como se puede atentar contra una autoridad. Por eso la derecha está furiosa: el fin de ciclo no se aplica para un concepto transinstitucional como el de la autoridad política. De eso hablamos en el programa de anoche, que se puede escuchar acá.

1 comentario:

profquesada dijo...

Totalmente, la concreción de la fórmula ganadora del FPV y la renuncia de Cristina a figurar en las listas fueron los dos hechos políticos más relevantes de la semana que se cerró ayer, ambos se deben a la comprensión de Cristina y su círculo más cercano de la etapa que se abrirá a partir de que ella deje la presidencia, sea quien sea el que finalmente gane en octubre. A pesar de que la fotografía actual indica que será Daniel Scioli.
Hay también, aunque incipiente, un leve giro en el énfasis del lenguaje cuando entre sus principales espadas comienza a hablarse de Movimiento Nacional Peronista y algo menos de kirchnerismo.