todos estamos igual

miércoles, 18 de agosto de 2010

El por qué de la locura del Sr. R.

Semana Fassbinder II
Una de las escenas más tristes de toda la historia del cine



por oac

El porque de la locura del señor R. es una de las cumbres del cine fassbinderiano. Es un film difícil de ver, en un doble sentido: porque, hasta donde yo sé, no circula en video ni DVD y el Goethe tampoco tiene una copia en 16 mm para que se programe en cineclubs, así que se proyecta en Buenos Aires una vez cada tantos años. En este caso, tendremos el gusto de compartir con quienes vengan el próximo sábado una copia subtitulada realizada por nosotros: Luis Arias, Ana Fioravanti, Perla Neiman y quien les habla hicimos una traducción y Luis la insertó en el DVD. Quizá sea la única versión del film en DVD subtitulada en castellano que exista en el mundo. Como sea, no parece probable que esta película se vaya a exhibir muy seguido en el futuro inmediato.



La otra dificultad para ver El por qué de la locura del Sr. R. es de índole artística: se trata de un planteo de una radicalidad que se goza no sin una considerable dosis de malestar: pero se goza, porque es una película extraordinaria. Petenece al período inicial de la obra fassbinderiana: realizada en 1970, de la época en que Fassbinder hacía un promedio de seis largometrajes por año. Su título original es Warum läuft Herr R. Amok? y es una co-dirección de Rainer con Michael Fengler. La narración está planteada en largos planos secuencia, con cámara en mano, como si Fassbinder se hubiera propuesto anticipar y llevar a una cima imposible de superar algunas de las premisas con que se lanzó, años después y como una operación de marketing, el Dogma 95. Pero un minuto de este film vale más que toda la filmografía de Lars von Trier y Thomas Vinterberg.



Las películas de Fassbinder exponen casi siempre casos desesperados. El Sr. R. tiene el rostro y la voz del gran actor (y "colaborador íntimo": una categoría típica del dispositivo fassbinderiano) Kurt Raab. R. parece un tipo tranquilo, pasa la mitad de su vida en la oficina, junto con otras personas igualmente tranquilas; acompaña tranquilo a su mujer cuando hay que ir ver a la maestra de su hijo, porque el chico tiene problemas de atención. En las reuniones con parientes o vecinos, R. está un poco abstraído. Su voz es suave, sin el menor asomo de alguna inflexión brusca. Su rostro impávido se parece un poco al de Buster Keaton, pero los ojos de R. no trasmiten melancolía sino una sorda desesperación.

Una de las escenas más tristes de toda la historia del cine: R. va a una disquería buscando una canción para obsequiarle a su esposa. Inmediatamente se transforma en el objeto de burla de las vendedoras, quienes responden con risitas ahogadas a los intentos de R. de tararear la melodía. "Es una canción muy triste con un montón de sentimiento" dice él y al cantar desnuda su ausencia de gracia. Porque el tema que Fassbinder desarrolla con una resolución inexorable es la falta de gracia. La escena al principio parece cómica y uno puede reirse un poco más abiertamente que las vendedoras en la pantalla. Pero la risa se corta cuando uno se da cuenta de que el propio R. percibe la burla y se entrega sumiso a ella (difícil olvidar esta escena): parece que él mismo admite ser despreciable. Entonces, la situación ya ha trazado una espiral descendente que arrastra consigo todo humor y nos hunde en lo sombrío. Estamos ante la célebre mirada fría que Fassbinder echa hacia la complicidad de las víctimas con los verdugos.

La película sigue. La iluminación es chata y la cámara deriva de una situación a la otra sin hacer germinar ningún dramatismo. De pronto, la mansedad de R. se troca en otra cosa.

14 comentarios:

Luis Enrique Arias dijo...

Fue difícil no tentarme y seguir viendo lo que venía luego de mi parte, algo fui viendo luego cuando me fijé por arriba que la sincronización texto/audio estuviese bien ...

Por la parte que tuve que traducir ya vi la escena comentada, incluso si solo hubiese visto esa sola escena ya tendría motivos de sobra para querer ver la película.

Espero ansioso el sábado para la proyección.

Martha dijo...

Ojo con ciertas mansedumbres...Yo les tengo un poco de temor.

Oscar Cuervo dijo...

Hacés bien, un poco de indocilidad puede ser un gesto más amoroso que la mansedumbre incondicional.

Lukas dijo...

Humm...
Que pelìcula más dura..No es la que màs me atrae de Rainer. La vi hace tiempo en los ciclos de Parodi, lo que si Oscar no sigas contando escenas que vas a llegar al final y el pùblico....huy cayo un rayo afuera y me da miedito!!!

Oscar Cuervo dijo...

Lukas:
vamos con la verdad, es una de las películas más duras de Fass, ok, así la anunciamos. Igual sólo conté una escena que está al principio de la película. Los que quieren algo más ligero pueden ir el sábado a otro lugar y esperar a que nosotros otros sábado demos algo menos duro.

L. F. dijo...

a mi ya me contaron el final,creo que voy igual ya nome acuerdo mucho en realidad.igual el final... o sea,lapelicula dur 90min o algo asi.en todo caso veo 88 min y despues me voy

Martha dijo...

Prefiero un cuzco ladrador que no pasa de morderte los talones, que uno de éstos que se reprimen y luego desencadenan una violencia cuyo centro es quizás, la humillación..

julieta eme dijo...

felicitaciones y gracias a quienes se tomaron el trabajo de hacer la traducción. el sábado estaré ahí sin falta. hace años que quiero ver esta película.

besos.

julieta eme dijo...

lo que sí, creo que a la nota le sobra el párrafo sobre la escena más triste. hubiera preferido no conocerla de antemano...

y creo que puedo imaginar el final, ya que una vez alguien, al hablar de la película argentina El custodio, dijo que esa película ya se había hecho y que la había hecho Fassbinder, mil veces mejor. yo tampoco vi El custodio, pero me contaron el final.

más besos.

pd.: después de esta película ya viene D.?

julieta eme dijo...

ah, y a Kurt Raab lo vi en un par de otras películas y me parece un actor increíble.

Oscar Cuervo dijo...

No, después de esta película hay un poco más de Mal. En septiembre llega el amor. :?

julieta eme dijo...

jaja me encantaría pensar que sí...

tratá de que justo D. no caiga el sábado 11 de sep. porque el domingo 12 tengo que correr el medio maratón... ajaja

Oscar Cuervo dijo...

El amor llega cuando quiere y se va cuando quiere: si cuando llega no estás lista, entonces estás lista.

julieta eme dijo...

ayyy me alegra haberte agarrado así de optimista... ajaja