todos estamos igual

miércoles, 28 de julio de 2010

Escuchame un cachito

(sobre el kilombo de las escuchas)


por oac

Dice José en un comentario al post anterior:

"decís que para vos hay valores estéticos objetivos y que hay modos, entonces, de establecer lo bueno o lo mejor".

Hmmmm... A esta altura ya hemos escrito mucho, pero no recuerdo haber dicho eso jamás.

Lo más parecido que creo haber escrito
es esto:

"Yo no creo que el desagrado que me produce la música de Iorio sea una cuestión de gusto subjetivo. De modo que trato de buscar en la obra de Iorio las marcas que me distancian de él".

Así que no hablo de objetividad, pero sí de un compromiso de fundar mis dichos acerca de la obra sobre marcas reconocibles en la obra antes que en preferencias subjetivas. Creo que este es el asunto más difícil, miles de veces me topé con él en discusiones sobre cine o música. Y creo que la filosofía y la epistemología no tienen aún una respuesta buena para este problema.

Ante todo, aclaro: no creo en la objetividad ni de las ciencias naturales ni de las sociales; mucho menos en el terreno del arte. No creo que existan valores estéticos objetivos que permitan establecer lo bueno y lo mejor.

Pero que no sea posible la objetividad no implica que entonces el arte sea el reino de los gustos subjetivos. El problema es que sujeto y objeto son dos conceptos complementarios y se implican mutuamente. Y juntos fracasan para establecer una noción de verdad en la ciencia y son totalmente inadecuados para el arte.

El arte no es subjetivo, desde ningún punto de vista.

La música no está en mi subjetividad, aunque sí habita en mi escucha (en la escucha de cada cual). ¿Cuál es la diferencia? En que no hay música sin escucha, pero a la vez la escucha no inventa la música, la oye. La música no es una cosa que exista por sí misma, entre otras cosas, circunscripta en un espacio y un tiempo determinados. ¿Dónde está la canción? En la escucha. El compositor es un oyente que no inventa su música, sino que la oye antes que los demás.

La música es un poner en marcha la escucha como escucha. (jajaj: perdón si esto suena estrafalario, pero no encuentro un modo más preciso de decirlo). Una sinfonía o un blues no están en las partituras, ni en los dedos de los instrumentistas, ni adentro de los instrumentos, ni en la garganta del cantante, ni en los surcos del vinilo, ni el los datos del CD, ni en el oxígeno de la sala (aunque necesiten de al menos algunos de estos elementos para atravesarlos). La música sólo existe en la escucha. Esto es puesto de manifiesto por la mutación musical del siglo XX (aunque ya estaba ahí desde el principio). La brisa de unas bicicletas que pasan se vuelve música cuando se convoca a unos oyentes a escucharla de ese modo. Después, la brisa de las bicicletas al pasar sigue siendo sólo brisa. El silencio en la naturaleza no existe. Sólo hay silencio en la música, es decir, cuando un oyente detecta una variación en el volumen del ruido ambiente como un lapso vacío entre dos sonidos.

En la vida cotidiana todo el tiempo escuchamos, pero estamos sumidos en lo escuchado y no reparamos en la experiencia misma de la escucha. La música es esa experiencia que nos hace reparar en la escucha, nos hace percibirnos escuchando. Se trata de una escucha articulada como un habla. No emana de sensaciones subjetivas: responde a secuencias, relaciones, variaciones, intervalos, repeticiones, silencios, superposiciones, texturas. Estos elementos no se hallan tan precisamente codificados como el lenguaje verbal, por lo que nos resulta más fácil hablar de la letra de una canción y mucho más difícil hablar de la música. Pero, dado que están perfectamente articulados, no son puramente inefables y las palabras pueden entablar un diálogo con ellos.

Lo que nos conmueve o nos repele en una canción está ahí y no se funda en ningún gusto subjetivo, aunque nos resulte tan dificultoso primero detectarlo y, en segundo lugar, comunicarlo a otros. La política de una canción también se juega ahí, en la escucha, en el tipo de vínculo que establece la canción con el oyente, en el tipo de oyente que reclama, en lo que espera de él y en lo que él es capaz de darle a ella.

¿Por qué Noche Transfigurada de Schömberg constituye un acontecimiento político? Porque desarregla la escucha establecida. Una música así transforma el mundo, porque hace aparecer experiencias hasta ahora no previstas, se pone en tensión con la tradición, expande los límites de lo hasta ese momento aceptado como música, cuestiona los saberes que sobre la música se han solidificado, cuestiona por tanto a las instituciones que legitiman lo musicalmente aceptable y también los modos de escuchar. Cada mutación en la historia de la música vuelve a desacomodarlo todo: los cuartetos de Beethoven, los blues de los algodonales, Schömberg, la trompeta de Davis, la discografía de los Beatles, la voz de Dylan, Stockhausen, la guitarra de Hendrix desacomodan todo: a los oyentes, a los maestros, a los manuales, los modos de circulación y de puesta en escena de la escucha musical. A partir de ellas, el mundo se oye de otra manera.

Y la escucha nunca es un acto solipsista, siempre se escucha con otros, junto a otros, aunque sea "contra" otros. Esto es, a mi parecer, una auténtica expansión de los límites del mundo, de los vínculos humanos, una transformación de las subjetividades.

Una canción nos enseña a percibirnos, nuestro léxico sentimental se configura, en gran medida, con canciones, vamos a la música cuando estamos alegres o tristes, o cuando nos enamorados, para que ella nos permita comprender lo que nos pasa. La canción nos precede, porque somos el resultado de las canciones que escuchamos. Pero también nos resulta posible volver a la canción, para escucharla ahora de otra manera, para desarticular nuestra primera escucha, la que nos marcó a fuego, y encontrar en ella los elementos en que consiste, desarmarlos y volverlos a armar.

Todo esto es un trabajo que excede totalmente el pastoso y equívoco concepto de "gusto".

Bueno, espero no haberme ido al carajo. O, al menos, de irme al carajo sólo un poquito. Todo empezó con Iorio. Y ahora me pregunto si Iorio no será una mutación de la escucha que no me resulta posible reconocer. De ser así, espero que alguien me lo haga comprender.

Y aquí les dejo a uno que provocó menudo lío en nuestros oídos:



(continuará)

15 comentarios:

Luis Enrique Arias dijo...

Interesantes reflexiones las de la entrada.

En lo personal a menudo suelo estar en contacto directo con muchas de las cuestiones señaladas por ser profesor de música y guitarra y enseñar.

Señalás varios elementos que creo son "obviados" o "no vistos" a menudo cuando se debaten estas cuestiones de la música (el arte en general) y "lo subjetivo" ...

La primera de ellas es que como mencionás toda escucha, visión o apreciación de un hecho artístico puede ser "re construida" y analizada llegado el caso ...

Otra es que el arte (en este caso la música) tiene un lenguaje y estructuras que si bien no son unívocas ni "objetivas" (por otro lado ningún lenguaje lo es) son elementos que son objeto de análisis, y están ahí "objetivamente" no en "la imaginación o el gusto" de quién oye.

Otra cuestión que es para mi tal vez la mayor confusión de términos en estos debates es lo que la palabra subjetividad significa ... No pretendo yo (carezco de credenciales) ser quién determine eso pero si diré que subjetivo es tomado por muchos mas o menos así "subjetivo significa que puede significar lo que vos quieras que signifique" ...

Este error (honestamente lo veo en mucha gente y no hallo comprender como comenzó esta gran confusión) hace que muchos crean que por ejemplo si yo leo un cuento luego puedo interpretarlo "como yo quiera" es decir "yo le doy el significado que elija" lo cuál es claramente falso ... Si yo termino de leer "La máscara de la muerte roja" de Poe no puedo "interpretar libremente" ...

Distintos sujetos pueden tener distintas lecturas? sin duda, pero eso no significa que pueda significar "cualquier cosa" ...

Oscar Cuervo dijo...

Luis:
muy de acuerdo con tu lectura de lo que digo y me alegra concordar con alguien que practica música desde la enseñanza. Mi práctica de la música, las 150 canciones que tenemos grabadas con Depresivos Famosos, vino después de todas estas preguntas que siempre me suscitó la música. Cuando hacíamos las canciones con Depresivos no estaba pensando en estas cuestiones, pero sí preocupado por "oír" una canción que no existía hasta que intentábamos tocar lo que escuchábamos.

Por eso es que la música no es inefable, aunque tampoco objetiva. No hay objeto al que ella se adecue, existe más acá de la separación sujeto-objeto.

Decís: "no hallo comprender como comenzó esta gran confusión"; hasta donde pude ver, la cuestión no se planteó en la música, sino en el descubrimiento mismo de la posición subjetiva, es decir, en la filosofía de Descartes. Descartes descubrió algo pero, cuando lo quiso decir, le pasó como a Colón, le puso nombres equivocados, nombres que ya tenía en su léxico anterior (yo, representación, ideas ficticias, ideas facticias, cosa que piensa, cosa extensa) que no terminaban de ser capaces de nombrar una tierra incógnita. Como Colón, que le puso "Indias" a un continente que en realidad desconocía.

Creo que desde ese entonces, nadie más pudo arreglar este embrollo.
Aunque es posible volver una y otra vez a desatar el embrollo, tratar de comprenderlo.
saludos

El Admirador de Lenny dijo...

Interesante. Cuando hablabas de música no pude evitar pensar en Cage. Eso me llevó a Heidegger: "Las condiciones de posibilidad de la experiencia, son a la vez las condiciones de posibilidad del objeto experimentado".
Personalmente, no creo en una realidad en sí misma; existente más allá del paradigma que intenta abordarla.
Ciertas ramas del conocimiento intentar pelar las capas de la cebolla hasta dar con el núcleo; el arte también, pero sabiendo que ese núcleo no existe.

jose dijo...

Oscar. Vamos a ver. Vos no dijiste objetividad. Ok. El problema es que yo no dije subjetividad. Y la versión que da Luis acá arriba - vale decir cualquier cosa de cualquier cosa - es algo que nunca estuvo en conversación. Lo que sí señalé es la imposibilidad de acceder al valor a partir de la descripcion de aquello que podemos decir está en la canción o es al menos referenciable. ¿Debo dar ejemplos? Creo que no; se entiende bien. Y por supuesto que todos sostenemos lo que poensamos en aspesctos que están en la canción, ¿cómo haríamos lo contrario? Creo que el comentario de Luis sale de otro lugar, no de este debate.

Juanelemental dijo...

El compositor es un oyente que no inventa su música, sino que la oye antes que los demás. Esta buena la teoria es como la adaptacion de los miles de ensayos de psicologia acerca de la mirada del otro pero aplicada a la musica. Si lo aplicamos a esta entrada, seria como que vos no la creaste, sino que la leiste en otro lado y existis porque yo te leo sino no existirias, es mas o menos asi lo que quisiste decir?

Oscar Cuervo dijo...

Admirador de Lenny:

Por ese lado, algo hay... pero la frase ""Las condiciones de posibilidad de la experiencia, son a la vez las condiciones de posibilidad del objeto experimentado" es de Kant, no de Heidegger.

Es la frase clave de la Crítica de la razón Pura. No es exactamente lo que quise decir, aunque se relaciona.

La frase "no existe realidad en sí, más allá del paradigma que intenta abordarla" se presta a malentendidos y a traducciones idealistas. Lo que no quisiera es que se entienda como que todo se funda en la subjetividad. De hecho, afirmé que en la música hay algo que el sujeto no inventa, sino que escucha. El tema es tremendamente laberíntico.

Oscar Cuervo dijo...

José:

Es verdad: vos no hablaste de subjetividad.

Yo escribí este post aparte, justamente porque necesitaba aclarar que yo no había afirmado que hay valores estéticos objetivos y que a la vez eso no significa que los valores estéticos son subjetivos o que dependen del gusto. En un momento vos hablaste del gusto, la idea estaba sobrevolando y quería despejarla en lo posible. De todas maneras, con mi desarrollo sobre lo subjetivo y lo objetivo no quería ponerte a vos afirmando lo contrario de lo que yo digo, sino sólo aclarar más precisamente mi frase:

"Yo no creo que el desagrado que me produce la música de Iorio sea una cuestión de gusto subjetivo. De modo que trato de buscar en la obra de Iorio las marcas que me distancian de él".

Como vos creíste que yo postulaba algún tipo de objetividad, me pareció necesario despejar cualquier equívoco al respecto.

Todos verán que ya estamos en la fase "yo interpreto que vos interpretás que yo interpreté..." jajjaj, creo que cuando un debate se ramifica e intervienen varios interlocutores, empiezan a pasa estas cosas: "yo no dije" "eso nunca estuvo en conversación"...

Por eso, intepreto que Luis no ter atribuye a vos ninguna opinión al respecto, sino que sólo comenta lo que yo escribí en este post, con autonomía de lo que discutíamos en el anterior.

Oscar Cuervo dijo...

Juan Elemental:
Seguro que lo que digo en este post se vincula con cosas que yo leí en otro lado y que no inventé. Pero yo digo algo más: aunque no las hubiera leido en ningún otro lado, tampoco las inventé. Cuando pienso algo, como ahora al escribir esta respuesta, yo no invento las frases, sino que las escucho en mi pensamiento. Las escucho. ¿Qué implica eso acerca de la proveniencia de lo que yo escucho en mi pensamiento? No tengo la menor idea.

"existis porque yo te leo sino no existirias": No, yo existo aunque vos no me leas. Lo que yo digo existe cuando es leído o escuchado, aunque más no fuera por mí mismo. Es decir que hay otro, pero ese otro no implica que yo no exista.

La cosa está un poco enredada, pero creo que algo todavía se entiende.

El Admirador de Lenny dijo...

Oscar: Tenees razón! Utilizé la frase porque M.H. decía que quien la comprenda, comprenderá el espíritu de Crítica de la Razón Pura. La uso mucho, y la costumbre hizo que se la adjudique a Martin.
Estoy de acuerdo con vos en cuanto a la subjetividad.
Pero, en el sentido de la frase Kantiana, no existiría la dicotomía sujeto/objeto. Si no, más bien, un paradigma que concibe esa dualidad; esa separación.
Algo parecido vos decías (correctamente a mi entender) acerca de Descartes (a propósito y totalmente fuera de tópico: No pide a gritos este filósofo ser un personaje de Capusotto?).

jose dijo...

Oscar.

Es cierto. Estamos en un momento de esos: Yo dije, yo no dije, ¿vos dijiste o no dijiste?, ¡me dijeron que dijiste!. Lo que pasa es que escribimos mucho y abrimos temas diversos: ¡a naufragar!

Por lo pronto solo una aclaración sobre lo mío (tal vez innecesaria): mi idea no es que cada uno interpreta libremente y toda esa pavada subjetivista sino que una descripción, aun la más minuciosa, no nos dejará servido el escalón para la determinación del valor. Puede ser muy persuasiva, eso sí. Sólo eso.

Saludos a todos

Luis Enrique Arias dijo...

Ya lo aclaró Oscar pero quería confirmar que en efecto mis comentarios los hice tomando el artículo de modo aislado, ignoro de donde venía la discusión pero señalé que las observaciones que hacía Oscar eran a mi modo de ver pertinentes y necesarias si uno trata de entender y analizar un fenómeno artístico como la música con estructuras y lenguaje propios ...

Oscar Cuervo dijo...

José, Luis, y Admirador:

Creo que algo se va aclarando. O al menos en las últimas 12 horas no caímos en confusiones nuevas...

Admirador: no creo que Kant haya quedado a salvo del atolladero del sujeto/objeto. Es más, creo que su postulación de la cosa en sí como x incógnita sembró nuevos rompecabezas. Me parece que hasta ahora esto no tiene solución, pero hay algunos caminos que ya se pueden detectar como agotados. El de la objetividad/subjetividad es uno de esos.

José: Por supuesto, de ninguna manera entendí que vos hayas dicho que cada uno interpreta libremente.
También sé que las descripciones detalladas nunca fundamentan juicios de valor. Pero sí que uno puede exigirse a sí mismo tratar de detectar dónde nos pega una canción; digo, para que se entienda: qué cosa de una música nos produce determinada experiencia. Mi afirmación fuerte es que no se trata de algo inefable.

Como vos bien dijiste, no creo que sean cuestiones meramente biográficas, ni del autor de la canción, ni tampoco de lo que nos evoca de nuestra biografía. Entonces, pasándolo en limpio, no está ni en la vida del autor ni en la nuestra, sino en la relación de la canción con nosotros, los oyentes.

Creo que todavìa quedan unos 19 tópicos más por despejar. Los iremos haciendo en los próximos días, meses o años.
saludos

F. dijo...

Lindo el subtítulo del post, y el título también.

Leí el post, los comentarios. Algo entendí. Ha sido despejado el asunto biográfico, entre otras cuestiones. Está bien, porque si no funciona como atolladero.

F. dijo...

Oscar, la palabra "atolladero" no figura en el diccionario. Pensé que había sido un invento mío pero veo que vos la usaste en el comentario anterior de este posteo: el "atolladero del sujeto/objeto". Luego yo también la usé en el cierre de mi comentario.

En cambio "atascadero" sí figura en el diccionario de la RAE.

Ah: muy buena la foto de las bicis, y vamos las bicis.

F. dijo...

Bueno, me equivoqué: atolladero, sí está en el diccionario. Viene de atollar. Parece que la palabra es oriunda de Costa Rica.