todos estamos igual

viernes, 25 de junio de 2010

La belleza es ruda

El crítico Jean-Pierre Rehm sobre
el cine de Raya Martin *




LA OTRA: No parece que Raya Martin pudiera ser considerado un cinéfilo, por el contrario, él practica un cierto primitivismo de estilo, como si el cine acabara de ser inventado. ¿Esta de acuerdo con esta idea?

JPR: Cuando se dialoga con Raya Martin, es bastante obvio que él muestra ser un cinéfilo, con una conciencia muy clara del curso del cine, tanto de los viejos clásicos como de los nuevos, con una curiosidad apasionada y muy ávida de todo tipo de films. Su padre ha sido un crítico de cine y el cine fue siempre parte de su vida familiar. Es, en cierta forma, la historia contada en Now showing, el film que presentó este año en Cannes: esa chica, Rita, a la que le pusieron su nombre por Rita Hayworth, que quiere verse como esa famosa actriz. Y el cine modela su vida, al punto de vender DVDs piratas.... El cine representa algo fundamental para Raya. Esto en cuanto al aspecto biográfico -que no trata de lo anecdótico, sino de la manera en que alguien se forma-. Por otro lado, los archivos del cine filipino han sufrido una enorme destrucción durante las diferentes guerras y han sido muy pocas las películas que se salvaron. Así que yo estoy convencido que este primitivismo que tú correctamente señalas es en realidad un gesto muy sofisticado. Se trata de su voluntad de ir hacia el tiempo pasado. Por dos razones. Al menos. Una es su voluntad de construir una narración épica, contando la Gran Historia a la vez que los pequeños dramas personales. El título tan largo de su primer film (Short film about the indio nacional or The prolonged sorrow of the filipinos) es bastante explícito en ese sentido y suena como un manifiesto. Y este camino ha sido iniciado por directores como Lino Brokca o, más recientemente, Lav Díaz, de quienes Raya se siente muy cerca. Pero Raya quisiera retroceder hasta los tiempos de comienzos del cine -de modo que la única forma legítima de visualizar esos inicios es aproximarse a la forma en que el cine primitivo se hizo, como apuntando a una retórica idiomática. Hacia el final de Short film about the indio nacional, por ejemplo, podemos encontrar la cita de una película primitiva, yo creo que filmada por invasores. Y la otra razón es que haciéndolo de esta mane-ra es como si él pudiera revivir esos films perdidos, como si nos los devolviera a nuestra mirada, reinventando el pasado perdido. O mejor: haciendo un duelo por ese pasado, o mejor aún: pacificándolo. Es una forma de curar la historia de las Filipinas de la pérdida de una parte de su memoria. Esto está puesto en juego de manera evidente, desde mi punto de vista, en Possible Lovers. Este film comienza con imágenes de archivo y luego aparece la pareja de hombres jóvenes sentados. ¿Quiénes son esos dos “amantes”, de los que sólo el título nos aclara sus sentimientos? Una respuesta puede ser: el pasado (el hombre dormido que tiene puesto el sombrero y el tuxedo) y el presente. Dos períodos de la historia del cine -que “posiblemente” podrían enamorarse, uno vigilando el espíritu dormido del otro. O también podría ser el amor que siente el cine sonoro por el cine mudo... dado que tenemos esa disyunción fuerte entre la imagen de la transición de la noche al amanecer, mientras oímos los sonidos que provienen... ¿de dónde? ¿Del pasado? ¿De otro film, ya que algunos sonidos parecen ser eco de Autohystoria? “Possible” es una clave en la mirada que Raya tiene del cine. Se trata siempre de lo que podría haber sido, de lo que pudo ser: es acerca de la libertad en el marco de la imposibilidad. Su cine, sus imágenes son muy concientes del marco, de los límites, de lo que no puede ser; a veces en una forma cruel, y aún tratando de expandir la realidad desde esos límites. Por caso, el cine primitivo está perdido, pero a través del video puede, sorpresivamente, ser repetido: salvado, como Benjamin podría haberlo dicho. De modo que se hace posible que lo perdido retorne. La pesadilla se transforma en película. Además, como sabemos bien, en el así llamado primitivismo yace una sofisticación, muy profunda, muy sutil, demasiado viva, aún contemporánea y aún indescifrada. Pero, de nuevo, lo que Raya hace aquí no tiene nada que ver con impostar un viejo estilo. No es manierismo: es obedecer una necesidad, dictada por la pulsión.

- La imagen rústica y el sonido saturado del soporte digital que usa Martin no funcionan como un reemplazo de bajo presupuesto del film 35 mm, sino que esa rusticidad es expuesta en toda su crudeza, acentuando una sensación alucinatoria que caracterizan a sus películas. ¿Considera que Martin hace un arte de la rudeza?

- El arte, es decir el buen arte, siempre descubre su modo de rudeza. ¿Qué más? Hasta la belleza es ruda. Especialmente la belleza, de hecho. Pero, sí, tienes razón, Martin no usa el lowtech como un sustituto barato de la película 35 mm: él expone las condiciones de la realización, instala una distancia. Entre el sueño de un Gran Cine y el sueño del cine actual –no menos grande, pero más a mano- por lo tanto en cierto sentido más opresivo. Porque esta distancia es la distancia del tiempo mismo, de la Historia -o, de sus “sujetos”-. Es tal la paradoja que el título Autohystoria (este juego de palabras se lo sugirió su amigo y cineasta Khavn de la Cruz) enfatiza de un modo juguetón: uno mismo y la Historia, Historia e histeria, uno y todo, lo mudo y lo parlante, etc. Se trata de no ser nunca capaz de ser UNO a la vez, sino al menos dos y contradictorios, por medio de un movimiento dialéctico, jugando con lo que es el cine. Y también, me parece, porque el sabe que el cine en su propio corazón no tiene nada que ver con las perfecciones técnicas, sino con la singularidad de cada decisión que se toma. Esto es lo que provee esa “sensación alucinatoria” de la que tú hablas. Te internas en la mente de alguien, o en la de todo un pueblo. Y no puede ser lisa, tiene que ser granulosa, espesa, caótica. Sofisticada, una vez más.



- En el Bafici, las proyecciones de los films de Martin han generado siempre reacciones indignadas de una parte del público. Muchos se ha preguntado si se trata de un impostor o si lo que se presenta como sus películas es en realidad un fraude. Ha llegado el caso en que un simple corte de montaje (al final de la larga caminata en Autohystoria) ha sido aplaudido con ironía por los espectadores. ¿Cree usted que este uso extremo de las convenciones cinematográficas provoca una incomodidad en el espectador actual que lo lleva a extrañarse hasta de un recurso tan simple como un corte de montaje o una elipsis narrativa?

- Deberías hacerle esa pregunta al público. No tengo idea. ¿Quién pretende que él es un impostor? Todo es complejo –siempre: aplaudir después de tal secuencia puede ser también una actitud desesperada de reasegurarte y probarte que aún estás vivo. Que has sobrevivido a la fuerza y la audacia de un film que muestra que él no necesita la aprobación del público, porque sus propias razones son suficientemente fuertes. Andy Warhol, por ejemplo, que hizo esos films de una sola toma larga, fue sospechado en su momento, o quizá aún lo es, de ser un fraude. Y, de todos modos, dónde podemos ver sus films? Bien, sucede que es un cineasta de la mayor importancia. Entonces la pregunta viene a ser qué es lo que nosotros (el público) deseamos realmente ver. ¿Es el cine aún libre, hasta el punto de importunar al público, o tiene miedo de atravesar el tiempo, de quedar aislado, como cuelgan las grandes obras maestras en los museos? Yo creo que el cine aún esta por venir, y que cineastas desafiantes como Raya me reconfortan en esta convicción.

- Tanto en Autohystoria como en Possible lovers la oscuridad, la aspereza, la estridencia y la incertidumbre parecen conducir a una experiencia terrorífica. ¿Puede ser que este terror sea el rasgo más propio de Martin como autor, más allá de que el tema que toque sea en un caso la historia política de Filipinas y en el otro una historia de amor?

- El comienzo del terror fue la manera como una vez el poeta R. M. Rilke calificó a la belleza. Y la belleza no tiene nada que ver con una perspectiva, sino más bien con su capacidad de abarcar en un abrazo generoso tanto la Historia como los así llamados “destinos privados”. Short film... comienza con la hermosa escena en la que esa pareja tiene problemas para descansar, para dormir, y así la totalidad del film puede ser vista como el sueño que la mujer está cosntruyendo a través de las palabras de su marido. Puede ser la relación entre un país y sus artistas. De modo que es al mismo tiempo una historia de amor y la Historia política. De hecho, es amor por la Historia, pero un amor que no es abstracto, que es muy sensual, muy físico, que se vale de las imágenes no como superficies, sino como cuerpos realmente vivos, sudorosos, activos. Esta es la razón de que no se trata simplemente de oscuridad, sino sobre la noche: un tiempo específico del día en el que la gente deambula, sueña, duerme, hace el amor, tiene miedo, ve películas, etc. En horas del día, aun violentamente opuesto a la luz diurna y su firmeza tranquilizadora. La oscuridad no es solamente una metáfora, un estado de ánimo, es una noche real que la cámara capta (y entonces aparece esa rudeza del video –como si el video pudiera ser usado contra sus propósitos naturales, haciendo aparecer a la noche como tal; oscura, áspera, irregular, etc. No ver en la oscuridad, sino ver a la oscuridad misma. Como en algún viejo film en blanco y negro). Como en Possible lovers, donde tardamos en darnos cuenta de que es de noche porque los personajes están en un departamento –de hecho sólo lo advertimos cuando la mañana empieza débilmente a clarear. Brillante forma de hacer que las cosas crezcan y decrezcan. Y sí, estoy profundamente impresionado por la increíble ambición de Raya hacia la épica. También en ese horror que tú señalas, él está muy cerca de la tierra, muy específico, como un amante verdadero, aun cuando nosotros perdamos muchos detalles, por falta de información. Así que no estoy seguro de que él sea incierto. Por el contrario, me parece muy preciso, hasta terco en cierto sentido.

- ¿Qué puede decirnos de la última película de Martin proyectada en Cannes 2008? ¿Continúa en el estilo que hemos conocido?

- Su última película * es actualmente Next Atraction. Raya es bastante productivo. Pero Now Showing parece a primera vista ligeramente diferente de las anteriores, en el sentido de que describe la vida de una chica desde su infancia hasta el fin de su adolescencia. La alegoría está oculta esta vez detrás de un estilo de documental de cinema verité para relatar l destino no demasiado especial de un solo personaje. Pero necesita cuatro horas enteras para alcanzar este objetivo. Aún así, usando esta presentación banal y pseudo naturalista, logra entretejer de manera muy discreta varias capas, enredando, superponiendo la mitología, también la mitología del cine, con la vida cotidiana. Con el secreto de la infancia, de hecho, lo cual es también el núcleo de Citizen Kane, por ejemplo. No para comparar estos dos films, sino para insistir en el hecho de que las películas de Martin se mueven alredor de la idea del origen. Puede ser del origen de una nación, su “nacimiento”, o de la misteriosa representación que un perso-naje tiene de su propio origen. Esta es la razón de que, nuevamente, casi en el centro del film hay un momento de melodrama silente del cine primitivo filipino.

* Jean-Pierre Rehm es el Festival Internacional de Documentales de Marsella (FID Marseille). Especialista en teoría y crítica cinematográfica, forma parte del consejo editorial de Cahiers du Cinéma. Esta entrevista fue realizada por OAC Y Marcela Medina en exclusiva para La otra. Publicada originalmente en La otra 20, año 2008. Después de esta entrevista, Raya Martin hizo dos largos más: Independencia y Manila. Hoy se estrena en la sala Lugones Independencia.

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