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miércoles, 29 de abril de 2009

Z32: el auténtico cine político no apela a la indignación



por Oscar A. Cuervo

Por fin se estrena en Buenos Aires Z32
, el último film de Avi Mograbi, centrado en el testimonio de un joven soldado israelí sobre su participación en un operativo organizado por el ejército de su país contra un puesto policial palestino. En el operativo asesinan a varios policías palestinos. Esta acción se hizo en represalia por el anterior asesinato de unos militares israelíes, según el principio del “ojo por ojo, diente por diente”. Los palestinos masacrados ni siquiera tenían que ver con el asesinato previo de los militares israelíes. Según el sistema jurídico vigente en Israel se trata de un crimen, pero la acción es organizada y ejecutada por fuerzas del estado.

A pesar del dramatismo del episodio, el film está narrado en un tono de ligera cotidianeidad: el propio soldado le cuenta a su novia lo que hizo, en una situación íntima en la que la pareja se filma a sí misma (son los personajes reales los que aparecen).

Hay varios motivos para estimar la excepcionalidad del film, pero el decisivo es este: Mograbi no cede a la tentación de estimular la cómoda indignación del público ante el relato de este crimen de estado por parte de uno de sus ejecutores. En lugar de eso, pone en marcha un sutil dispositivo en el que cuatro distintas voces (la del soldado y la de su novia, la del cineasta y su esposa), se alternan y dialogan, se superponen y contradicen, se preguntan y vacilan sobre la el estado de conciencia en el que un individuo puede realizar un acto así y en el que una sociedad puede consentirlo. El resultado no apuesta a sobreactuar la condena del acto, condena perfectamente justa en la dimensión jurídica, sino a incluir al espectador en el cuadro, no como juez sino como parte del problema. Es una forma más genuina de hacer un cine político que la de bajar línea y más productiva que la de golpear bajo: Mograbi inquieta y hace pensar.

Este episodio en manos de un cineasta más rutinario, o incluso más inclinado a la sentencia moral, podría dar lugar un documental de valor testimonial, pero en manos de Mograbi se vuelve una experiencia incómoda y también una reflexión sobre el ser de la imagen cinematográfica. Mograbi se incluye a sí mismo -cosa común en su filmografía- como el cineasta que en primera persona se pregunta -y nos pregunta- por su propia posición ante el personaje que retrata y lo hace cantando una sonata compuesta por su hijo. Canta, refiriéndose a la propia película que vemos:

Es una colaboración que tal vez esté un poco fuera de lugar
Mi esposa me pide que no lo filme aquí en esta sala
Ella dice:
«Esto no es material para una película,
no entiendo a donde conduce todo esto
por qué ayudarlo (al soldado) e encontrar su camino
«Es una fábula asquerosa
un musical que no vale un centavo:
El hace de pecador arrepentido,
tú el supuesto observador
que sacarás tajada de otra película profunda».

Y no se trata de una interrogación retórica: vemos que la mujer le pide que no filme al soldado en el propio hogar de ellos; seguidamente vemos al soldado situado en ese living testimoniando a cámara. Mediante el film mismo, Mograbi cuestiona el límite de lo público y lo privado, presta su casa (y su película) para que el soldado rompa el silencio, no con el fin de que se redima, sino para hacernos participar de una conciencia más profunda, que contenga la voz de ese Otro (el terrorista de estado) que el punto de vista jurídico se limita a reducir a objeto judiciable. No se trata de indignarse ante el ejecutor del terrorismo estatal (posición que parece asumir la mujer de Mograbi). No se trata de juzgar, ni de condenar ni de absolver, sino de algo más difícil: comprender.

Hay otro rasgo notable en Z32, la originalísima forma en que el director resuelve un difícil obstáculo para realizar la película: el soldado no puede aparecer a cara descubierta contando la acción criminal en la que participó, eso lo expondría, no sólo ante los familiares de los palestinos asesinados, sino también ante el ejército israelí que resulta cuestionado por su testimonio. Al comienzo, Mograbi aparece probándose una media que oculta sus rasgos, pero llega a la conclusión de que así no se puede hablar ni respirar bien. En adelante, la película ensaya diversos modos de ocultar la cara del testigo: efecto blur, fuera de foco, encuadres elusivos, máscaras digitales cada vez más perfecctas. En determinado momento parece que el ocultamiento cesa y que finalmente vemos al soldado a propia cara descubierta: vemos a un muchacho de rasgos amables, que se expresa con frescura. De pronto se produce una especie de lapsus visual: el muchacho gesticula y al mover las manos atraviesa eso que creíamos que era su cara y advertimos que se trata de una capa incrustada entre el verdadero rostro y la superficie de la pantalla, que esa cara que se nos había hecho familiar es un fantasma digital. Lo amigable se vuelve siniestro y Z32 deja de ser sólo un testimonial para transformarse en un film de horror. Y no se trata de un horror ajeno al sentido político del film, sino del que se siente cuando detrás de un rostro conocido aparece súbitamente el Otro.

Acompañando el estreno de Z32 se llevará a cabo una retrospectiva completa de su director en la sala Leopoldo Lugones:

-Lunes 4: Venganza por uno de mis dos ojos (Nekam Achat Mishtey Eynay; Israel/Francia, 2005). Dirección: Avi Mograbi. A las 14.30, 17, 19.30 y 22 horas (100’)

-Martes 5: Cómo aprendí a vencer el miedo y a amar a Arik Sharon (Eich Hifsakti L'fahed V'lamadeti L'ehov et Arik Sharon; Israel, 1997). Dirección: Avi Mograbi. A las 14.30, 17, 19.30 y 22 horas (62’).

-Miércoles 6: Feliz cumpleaños, Señor Mograbi (Yom Huledet Same'ach Mar Mograbi; Israel/Francia, 1999). Dirección: Avi Mograbi. A las 14.30, 17, 19.30 y 22 horas (77’).

-Jueves 7: Agosto: un momento antes de la erupción (August: A Moment Before the Eruption; Israel/Francia, 2002). Dirección: Avi Mograbi. A las 14.30, 17, 19.30 y 22 horas (72’).

-Viernes 8: Cómo aprendí a superar mi miedo y a amar a Arik Sharon (Eich Hifsakti L'fahed V'lamadeti L'ehov et Arik Sharon; Israel, 1997) Dirección: Avi Mograbi. A las 14.30, 16 y 17.30 horas (62’)
-Z-32 (Israel/Francia, 2008). Dirección: Avi Mograbi. A las 19.30 y 22 horas (81’)

-Sábado 9: Feliz cumpleaños, Señor Mograbi (Yom Huledet Same'ach Mar Mograbi; Israel/Francia, 1999). Dirección: Avi Mograbi. A las 14.30, 16 y 17.30 horas (77’)

-Z-32 (Israel/Francia, 2008). Dirección: Avi Mograbi. A las 19.30 y 22 horas (81’).

-Domingo 10: Agosto: un momento antes de la erupción (August: A Moment Before the Eruption; Israel/Francia, 2002). Dirección: Avi Mograbi. A las 14.30, 16 y 17.30 horas (72’)
-Z32 (Israel/Francia, 2008). Dirección: Avi Mograbi. A las 19:30 y 22 horas (81’).

-Viernes 15, sábado 16, domingo 17, viernes 22, sábado 23 y domingo 24: Z-32 (Israel/Francia, 2008). Dirección: Avi Mograbi. A las 19.30 y 22 horas (81’).

10 comentarios:

Anónimo dijo...

Ah, bastaba meter una cancioncita ligera en medio de la confesiòn de un asesino? Si, que bueno es comprender...

Anónimo dijo...

Suerte que te tenemos a vos para que fiscalizes cual es el "verdadero" cine político...

Sacate la gorra, Cuervo.

el cañonero de giles dijo...

Dice Cuervo: Es una forma más genuina de hacer un cine político que la de bajar línea y más productiva que la de golpear bajo: Mograbi inquieta y hace pensar."Una forma". Una, entre otras. "Más genuina", entre otras.

¿De qué "verdadero" se habla?

gonzalo dijo...

Al anonimo del principio: vos lo unico que viste en la pelicula es una cancioncita en medio de la confesion de un asesino? En Z32 hay bastante mas. Tenes una mirada muy pobre, la pelicula plantea varios puntos de vista, el soldado, la novia, el mismo director, y nunguno anula al otro. Y nisquiera hay una cancioncita ligera. Lo que es ligera es la frase con la que vos queres resumir una pelicula nada ligera.

chorizo mariposa dijo...

Lindito film casero hecho con dos mangos y sin profesionalismo.
¡Barbaro el cine "mutante", el cine "contemoráneo"!

Anónimo dijo...

No, no hay una cancioncita ligera: hay varias. Y eso solo anula cualquier punto de vista... Salvo el de la mujer de Mograbi, que vendría a cuestionar tanto al asesino como a las cancioncitas ligeras, ma si van unidos.

Lo mismo pasa con el "verdadero" que pone Cuervo en el título, que muestra a las claras cual es su "verdadero" punto de vista, aunque se haga el libertario...
No te podés sacar la gorra porque la llevás en el alma: sos un cana ontológico.

Oscar Cuervo dijo...

Anónimo: tan malo sos para mirar que ves la palabra "verdadero" en el título? Eso explica muchas cosas. Por ejemplo que no veas todos los elementos que componen el film de Mograbi, porque está bien que el odio hacia mí no te deje comprender mi texto, pero no lo proyectes sobre Mograbi. Te recomiendo que la vuelvas a mirar y vas a encontrar algunas cosas más que la pobre percepción e intelección que trasmintís en tu mensaje. Pero esperá que el odio se te pase un poco y que la visión se te aclare.
suerte!

Anónimo dijo...

Que raro, Cuervo! Yo había leído "verdadero" en vez de "auténtico"... Supongo que cambiar la palabra te permite ahora decir que lo contrario sería lo "inauténtico". Con Heidegger zafas, no? Lástima que el inauténtico seas vos... Por eso ves en los otros el único odio "auténtico": el tuyo.

Oscar Cuervo dijo...

No, anónimo, no apelo a Heidegger, sólo te recomiendo que aguces tu atención cuando trates de interpretar un cine complejo como el de Mograbi, ya que te cuesta tanto leer un post en este blog irrelevante.
Ponete las pilas para tratar de no quedar como un boludo amargado.

Chinasky dijo...

Ví el sábado el film de Mograbi en la Lugones. Excelente.Un peliculón.
Con Amanda no podíamos dejar de pensarlo, de comentarlo, de ir y volver por sus múltiples capas de sentido.